viernes, 1 de diciembre de 2017

LA LEYENDA DE LAS TRESCIENTAS DONCELLAS

http://valenciabonita.es/2015/09/05/la-leyenda-de-las-trescientas-doncellas/
Y http://valenciabonita.es/2015/10/22/curiosidades-de-la-puerta-del-palau-descifrando-representaciones-y-figuras/


Uno de los mayores tesoros que alberga nuestra bella ciudad, sin duda alguna, es la Catedral de Valencia. Tras la conquista de nuestra ciudad por Jaime I, el románico fue introducido en la Comunidad y a día de hoy desgraciadamente quedan pocos restos de aquella época. Sin embargo, su máximo representante existe y de qué manera. Hay una puerta en la catedral con una historia curiosa y unos grabados visibles al ojo humano si prestamos atención: La puerta del “Palau” o Románica, que curiosamente es la parte más antigua de la Catedral, modificada, tal vez, de los restos de la mezquita.
Existe controversia sobre quién o quiénes eran los autores de dicha puerta. Unos dicen que fue Arnau Vidal entre los años 1260-70; otros, que dicha puerta es anterior a la construcción de la catedral para derribar el “Mihrad”, la parte más sagrada de una mezquita musulmana que allá mismo se encontraba. A pesar de este enigma, lo que nos concierne en este artículo está “casi” del todo aclarado sin misterio alguno. Si nos ponemos justo delante de la puerta del Palau, podremos observar justo encima 14 cabezas humanas juntadas entre sí en parejas de dos formando un total de 7 parejas.

¿Qué significa esto? Como si de un acertijo se tratase, el número 7 nos hace pensar que lo dispuesto allá arriba no es pura casualidad, dado que el 7 es un número mágico, divino y muy presente a lo largo de la historia: 7 pecados capitales, 7 notas musicales, 7 días que tiene la semana…o por ejemplo, como dice la Biblia, el número perfecto. Una curiosidad aún mayor es que estas 7 parejas se disponen en numero alterno con corona, es decir, una si, una no, una si, una no…
Según la tradición, leyenda e historia que se conoce y atribuye a estas cabezas, corresponde a siete matrimonios que se encargaron de conducir desde Lérida a Valencia a las trescientas doncellas que serían las esposas de los primeros pobladores cristianos tras la conquista de la ciudad. A pesar de todo esto, no es más que una leyenda antigua de la que se hizo eco un historiador de nombre Pere Antoni Beuter (1490-1554), en su libro “Segunda parte de la Crónica General de España”, con fecha de 1551.
Así mismo también existe la creencia de que dichas parejas fueron las primeras en repoblar la ciudad y que aquellos hombres fueron los que animados por Jaime I, los primeros en entrar a la ciudad con el afán y las ganas de la promesa del Rey en darles esposa si ganaban.
Pero la más creíble de todas, y la que tiene más sentido, es la hipótesis de que fueron donantes o bienhechores que contribuyeron con sus donativos a la construcción de este pórtico (posiblemente ya canteros afincados en la ciudad o que fueran de Valencia y no repobladores).