TORRES DE
SERRANOS PARTE DELANTERA
Las Torres
de Serranos o Puerta de Serranos, datan del siglo XIV, y es una de las 12
grandiosas puertas de entrada a Valencia, cuando esta estaba rodeada de la
antigua muralla, que se ordenó derribar a mitad del siglo XIX, acabando su
demolición en 1865 y de la cual tan sólo quedan estar puertas, las de las
Torres de Quart, posteriores e inspiradas en las de Serranos y algunos otros
vestigios, pero peor conservados.
Los jurados
de Valencia encargaron su construcción al maestro Pedro Balaguer. Comenzaron
las obras el 6 de abril de 1392 y se acabaron en 1398. La puerta fue situada en
el lugar donde antiguamente se encontraba el Portal de los Roters y la Puerta
de Alcántara, gran baluarte musulmán, al noroeste del barrio antiguo, siendo la
entrada natural que comunicaba con los caminos que llegaban a la comarca de los
Serranos, de la cual toma su nombre.
El conjunto
es una grandiosa obra del gótico militar. Disponiendo de dos torres que
refuerzan su carácter defensivo. Su elegante construcción le hace parecer más
un arco triunfal que una fortaleza defensiva. Las torres son poligonales y con
almenas. Están divididas en tres plantas con bóvedas de crucería. En el
exterior están decoradas con mucho detalle. Ambas torres están unidas por un
cuerpo central más bajo, formado por un arco abovedado de medio punto donde se
encuentra la puerta de entrada y está profusamente decorado en estilo
flamígero. En 1397 se planteó la necesidad de mejorar el acceso a la planta
noble de las torres. Las obras de la puerta ya estaban casi acabadas, motivo
por el cual se proyecta y se le añade la monumental escalinata de piedra, que
engrandece la edificación.
PARTE
TRASERA DE LAS TORRES
Es de
destacar que la puerta está dispuesta a ‘gola abierta’, cabe la posibilidad de
que fuera un deseo de los jurados para que las torres no pudieran ser
utilizadas por fuerzas militares contra la propia ciudad. La composición del
grueso de los muros es de mampostería muy sólida, ya que su función principal
era la de servir de fortificación. Posteriormente se revistió de paramentos de
sillería de piedra calcárea, procedente principalmente de Alginet, para darle
el acabado suntuoso que requería su otra función de carácter representativo.Sus
dos fachadas, son tan distintas como interesantes.
DETALLE DE
LOS ARCOS EN LAS TORRES
En marzo de
1398 finalizaron las obras, quedando las torres y la puerta acabadas. En el año
1586, tras el incendio de la ciudad, fueron convertidas en prisión para nobles
y caballeros y, en 1589 fueron reformadas por Agustín Roca para acondicionarlas
mejor a su nueva función de prisión, dicha función finalizó en 1887, con el
traslado de los presos al Convento de San Agustín. Esta misión carcelaria fue
posiblemente la que salvó a las torres de ser derribadas junto a las murallas
medievales en 1968, pero su uso como prisión, (igual que sucedió con las Torres
de Quarte), maltrataron la edificación, especialmente en su estructura
interior. Se cegaron sus grandes arcadas abiertas en el interior y se perforó
el muro exterior, al mismo tiempo que desaparecía la barbacana almenada que las
coronaba. Durante la guerra civil sirvieron de almacén para obras de arte, a
parte de la colección de pintura del Museo del Prado.
En 1871, el
Ayuntamiento decidió rellenar el foso situado ante las puertas, acción que
afectó a la visión y el aspecto de las mismas. La Torres de Serranos fueron
declaradas, Monumento Histórico-Artístico en 1931. Entre 1893 y 1914, la Real
Academia de San Carlos, llevó a término una restauración dirigida por el
escultor y académico, José Aixá.
Su uso
principal fue servir de defensa ante cualquier tipo de sitio o ataque a la
ciudad. Aunque un uso muy generalizado fue para las ceremonias y entradas
oficiales de embajadores y de reyes y se la consideraba, y aún hoy se la
considera, como la entrada principal a la ciudad de Valencia.
En el año
2002 se limpió la piedra y la puerta quedó con su aspecto presente. En la
actualidad las torres pueden visitarse y desde arriba del todo se dispone de
una vista formidable de la bella ciudad de Valencia. Las puestas de
Serranos, se utilizaron para diversos actos de la ciudad. Puede ser que el más
característico sea la, Cridà, de la fistas de las Fallas de Valencia,
donde a finales de febrero la Fallera Mayor de Valencia, hace un llamamiento a
todos los valencianos, sobre todo a los falleros y falleras, para comenzar las
fiestas Falleras. Desde la plaza de los Fueros donde están situadas las Torres
de Serranos, si miramos hacia el centro de la puerta de las torres, podemos
observar a la derecha de las dovelas que forman el arco, la existencia de una
pequeña y muda campana de bronce verde. La misma pasa inadvertida para la
mayoría de los visitantes. Su extraña ubicación ha generado una leyenda sobre
su uso y origen, más todavía cuando preguntando a los residentes de la zona,
nadie recuerda nada de eso.
SOSTRES
Se dice que
en 1363, se instala la campana en una torre, la cual años más tarde fue
sustituida por las Torres de Serrano, siendo el Consejo de la Ciudad quien
decide colocar una campana para tocar a arrebato y advertir de las incursiones
de Pedro I de Castilla sobre la ciudad de Valencia la cual sitió en 1363
y en 1364. Nuestra campana provino de la iglesia-hospital de
San Antonio Abad, situada en la actual calle de Sagunto. Cuentan que en
diciembre de 1399, se derribó un viejo lienzo que quedaba dentro de los muros
de la nueva muralla para favorecer la visibilidad de la escalera de piedra del
portal nuevo de Serranos, momento en el cual se piensa que se reinstala la
campana en la nueva puerta de entrada a Valencia. Existe la posible utilización
de la campana para avisar al vecindario de la hora en que se verificaba la requisa
de los presos, a fin de que los vecinos estuvieran prevenidos. Así como también
anunciaba la puntual fufa de algún preso.
Don Manuel
Sánchez Navarrete, nos cuenta que un 7 de enero de 1812, tras de uno de los
múltiples bombardeos que realizaron durante el sitio de las tropas napoleónicas
mandadas por el mariscal Moncey, un trozo de granada resquebrajó el borde
inferior de la campana de la que se desprendió un trozo y, esta enmudeció para
siempre. A principios del siglo XX, la campana desapareció de su lugar,
pero de nuevo en el aó 1948 nuestra campana vuelve a aparecer. Esta pequeña
campana en bronce verde nos ofrece el siguiente lema: “Ave María, Gracias plena
– 1662”.