Hay muchas variantes sobre esta leyenda, pero el tema principal es siempre el mismo. Sus protagonistas fueron el maestro de obras Jörg von Halsbach y el mismísimo diablo. El relato es el siguiente:
:: Corría el año 1468 cuando se decidió construir por decisión imperial una nueva catedral sobre el solio de la antigua iglesia románica de Nuestra Señora. Cuando el diablo se enteró de que iban a construir una iglesia de grandes dimensiones, encolerizó de tal manera que se propuso impedir por todos los medios el inicio de las obras. Pero el arquitecto Jörg von Halspach le propuso un pacto. El pacto consistía en que Halsbach construiría la catedral sin ventanas a cambio de que el maligno no se entrometiera en la construcción y le concedía una serie de favores personales. El diablo viendo la imposibilidad de lograrlo, aceptó. Tras la finalización de las obras, en 1488, el arquitecto condujo a Mefistófeles hasta un punto de la entrada a la catedral, justo en un lugar en el que no se podía ver ninguna ventana, ya que estaban ocultas por los pilares. Cuando el diablo dio un paso hacia adelante, un rayo de luz entró por una de las ventanas y lo quemó, quedando la huella del diablo (Teufelstritt) marcada en una baldosa del suelo. En esta huella se puede apreciar una especie de espolón. Además, el hecho de que Halsbach muriese poco después contribuyó a alimentar la leyenda con historias acerca de la venganza del maligno.