Yo no he estado nunca en los sótanos de la Catedral (y no por
falta de ganas, ya sabéis que me encantan este tipo de sitios),
pero hace un tiempo vi en Canal 9
un documental bastante interesante titulado “Del Cel al Subsol” en el que se
mostraban imágenes de los rincones menos accesibles del edificio, entre ellos
estas criptas. No sólo hay personas enterradas en los sótanos, sino también a
ras de suelo: uno de los elementos que se incluyó en la repristinación de los
años 70 fue la colocación de un nuevo pavimento en toda la Catedral, por lo que
la mayor parte de las lápidas que se encontraban en el suelo fueron cubiertas, aunque
siguen estando ahí. Esta intervención fue en mi opinión un gran error, porque
nos ha privado de la oportunidad de pasearnos entre las lápidas, intentando
descifrar sus inscripciones y asomándonos así a varios siglos de historia de la
iglesia, y por tanto de la ciudad. Una de las pocas losas sepulcrales que se
puede contemplar hoy día es la de Ausiàs March,
famoso caballero y poeta valenciano del S.XV. Aunque se tienen dudas de que sus
restos mortales estén realmente en la Catedral, dejó escrito en su testamento
dónde quería ser enterrado: “en los vas o Capilla dels March, en lo claustre de
la Seu prop lo capitol”. No se sabe la localización exacta de dicha capilla,
pero en 1950 se colocó la hermosa lauda sepulcral, de piedra negra, en el lugar
donde se cree que está el vaso funerario de los March, en el transepto, cerca
de la puerta de la Almoina.